¿Por qué son estas dietas tan dañinas para nuestros dientes?
-Debilitan el sistema inmunológico y, por tanto, las defensas del cuerpo ante agentes externos, infecciones y enfermedades.
-Disminuyen la producción de saliva, pudiendo causar sequedad bucal. Además, alteran también las propiedades antibacterianas de la saliva, dañando así la principal protección de nuestra boca contra la caries, las enfermedades de las encías y otras infecciones.
-Pueden causar un déficit importante de ciertas vitaminas, como las pertenecientes a los grupos A, B y C. Estas carencias se podrían traducir en un aumento de las infecciones, aparición de llagas, queilitis o irritación y de la comisura de los labios y ralentización de la respuesta ante agresiones y reparación de lesiones.
-Pueden favorecer la oxidación de los tejidos y afectar a la absorción del calcio.
-Afectan a la salud ósea (hueso maxilar) y ligamentosa (ligamento periodontal), por falta de vitaminas y minerales, lo que influye negativamente en el sostén de los dientes y puede acabar provocando su caída.
-Causan lesiones mucosas, como estomatitis (aftas) y queilitis (boceras), por falta de vitamina B2. -Atrofian las papilas linguales por falta de vitamina B12, con la consiguiente alteración del sentido del gusto.
Por lo tanto, mantener una dieta equilibrada y saludable será clave para gozar de una buena salud bucodental y, en caso de querer perder peso, recomendamos ponerse en manos de un profesional en salud y dietética que prepare una dieta que incluya todos los nutrientes existentes de manera proporcionada, tanto los inorgánicos (agua y minerales), como los orgánicos (hidratos de carbono, lípidos, proteínas y vitaminas).
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